Prometeme que vas ha estar aquí. Prometeme que me quieres. Prometeme mentiras bonitas y verdades ocultas. Prometeme. Prometeme. Prometeme y cumple tus promesas. Porque si tu no las cumples, quién las va a cumplir por ti. Prometeme que me vas ha cuidar, prometeme que me vas a dejar quererte. De aquí a las estrellas y de las estrellas a la luna. Prometeme una noche solos, tirados en el suelo, contemplando nuestro reflejo, prometeme ese día en el lago, ese día de película, ese final de libro, esa historia de amor.

Deja de tomarte la vida como un juego.

Te pasas la vida haciendo estupideces con las que puedes morir; no lo hagas más, porque cuando te vayas a morir no podrás hacer nada para vivir.

Ámate a ti mismo, ponte sobre todas las cosas, lucha por llegar a los 100 años de vida, sueña con vencer a la muerte y no te pongas en peligro, Lucha por ti y por los que tienes a tu alrededor, lucha por lo que más quieras, porque vida solo hay una y merece la pena vivirla, lucha por tener amor en tu vida, lucha por tener el poder de amar. Lucha por vivir.

Ámate.

Te quiero.

Joder, es su puta sonrisa la que me hace perder la cabeza.

Es su culpa, la culpa de que todo me salga mal, su culpa de que vea todo de color de rosas cuando todos es negro como las nubes en día de lluvia, su culpa de que cada vez que piense en él me salga una sonrisa, su culpa de que no pueda estudiar porque lo único que me entra en la cabeza es su nombre y nuestra imagen besádonos. 

Él es el culpable de todo, de mi enamoramiento, de que me coma el coco por como decirle que le quiero. NO PUEDO MÁS.

Que si, lo digo por aquí, TE QUIERO, he pasado una semana contigo, los mejores días de mi vida, los mejores momentos y los peores, en los que esas guarras se te acercaban y les mostrabas tu preciosa sonrisa. Puede que sea de egoístas, pero solo la quiero para mi. 

Besos.

Y es en esos días, en esos en los que él se pone camisetas azules a conjunto con sus ojos, cuando pone esa sonrisa tan perfecta, es en esos días, en ese momento en el que le besaría. Ahí, delante de todos. Pero no puedo, mi vergüenza me puede, no soy capaz de decirle cuanto le quiero, no soy capaz de decirle todo lo que siento el día que le veo y todo lo que sufro el día que no está.

¿Sabes las cosas imprescindibles de la vida? Si, esas como respirar, comer, hidratarse... Esas que si te faltan te mueres, pues solo quería que supieras que el médico me receto un poquito de tu amor cada día, para mantenerme saludable.